Piden a Boric reafirmar derechos de Chile en la Antártica y el Mar Austral

Fuente: elpinguino.com

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, se convirtió en el cuarto mandatario argentino en visitar el continente blanco, donde reafirmó los derechos soberanos de su país en los territorios y aguas australes, parte de los cuales son reivindicados por nuestro país.

Tras él, el imponente telón blanco y azul del continente blanco. Enfundado en un grueso polar y visiblemente emocionado, el Presidente argentino Alberto Fernández afirmó: “Aquí, en el fin del mundo, uno puede asumir la dimensión de la Patria”.

El Mandatario destacó en un mensaje por cadena nacional que “el crecimiento de nuestra Argentina tiene proyección hacia el sur y visión bicontinental y parte del desarrollo nacional depende de la defensa de sus componentes estratégicos”. Y aseguró que la presencia del Estado en la Antártica “es un acto de justicia para con nuestra historia y nuestra identidad, venir hasta este lugar es reconocer lo grande que somos. Mucho más de lo que algunos paladines del desánimo quieren hacernos creer”.

El Mandatario visitó la Base Marambio en el marco del Día de la Antártida Argentina, que conmemora el 119 aniversario de presencia ininterrumpida de país en ese continente. “Desde el fin del mundo, les hablo de nuevos inicios”, expresó.

De esta manera, Fernández se convirtió en el cuarto Mandatario argentino en visitar la Antártica, donde Argentina mantiene 12 bases antárticas.

Le acompañaron el ministro de Defensa, Jorge Taiana, el canciller Santiago Cafiero y otros funcionarios del gabinete.

Para muchos en Argentina, se trató de una gira con miras a las próximas elecciones presidenciales de las cuales el Mandatario no ha querido bajarse. Le acompañó su núcleo más duro, incluida su ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa. “¿No debería estar preocupada de los piqueteros o los pingüinos se van a tomar alguna base?”, dijo a modo de burla un comentarista de La Nación+.

Pero en Chile, quienes conocen más a fondo el tema, saben que esta visita no puede ser tomada a la ligera.

En ella, el Presidente Fernández anunció el refuerzo de la presencia científica de su país en el continente blanco, incluida una corresponsalía itinerante, “porque los argentinos no suelen pensar en la Antártica como parte de su territorio”, enfatizó.

Para el analista internacional y exdiplomático, Jorge Guzmán, el tema es de especial relevancia. “A pesar de sus problemas internos, el gobierno Argentino es consistente con un dibujo geopolítico en el que se cifran las expectativas de desarrollo del país y, también su lugar en el mundo, toda vez que ese dibujo incluye la “cuestión de Malvinas” como elemento de unidad nacional, traslada el epicentro de la atención hacia el sur. Argentina quiere ser una potencia polar y austral. Hacia el norte sus ambiciones chocan con Brasil, una realidad “de otro tamaño”. En el sur, en cambio, tiene menos oposición y, además, a su favor cuenta con, primero, el elemento Malvinas ya señalado y, su propia interpretación del Derecho Internacional del Mar sobre plataforma continental, que le permite sostener que tiene una larga proyección hacia la Antártica. Esto es relevante porque son millones de kms2 no solo de territorio, sino de recursos naturales. Argentina entiende que el siglo 21 es un siglo de lucha por los recursos, y que la ciencia, la cooperación y el derecho deben estar al servicio de ese propósito. El traslado del epicentro de Argentina hacia Tierra del Fuego tiene ese trasfondo. Chile, hasta ahora, no tiene respuesta para esta nueva realidad. La Cancillería “no sabe, no responde”. El GORE debería preocuparse, y con esto no solo me refiero al Gobernador, sino también a los Consejero Regionales. El proyecto argentino es un enorme desafío para Chile y, muy especialmente, para Magallanes. Hay que entenderlo y prepararse para los desafíos que eso implica. Creo además que hay que identificar áreas de cooperación de mutuo beneficio, que diversifiquen la agenda sin amenazar ni nuestro territorio, ni nuestros recursos, incluidos nuestros recursos escénicos y nuestro turismo (por ejemplo en las aguas interiores al sur del canal Beagle). Chile y Magallanes deben, desde ya, pensar en un plan de inversión e infraestructura para los territorios al sur del estrecho. Allí la prioridad es el camino a Yendegaia.

Para el vicealmirante en retiro y excomandante en Jefe de la Armada de Chile, Rodolfo Codina, la visita del Mandatario argentino “tiene un mensaje hacia los vecinos, hacia nosotros, hacia los chilenos. Ellos siempre han pretendido esa zona, que nosotros la pretendemos, obviamente”.

Para el militar en retiro, hay un aspecto especialmente delicado en este tema, por parte de Chile. “A mí lo que más me llama la atención, es que nosotros en los últimos años y no sólo este gobierno, el gobierno de (Sebastián) Piñera fue lo mismo, hemos apoyado a Argentina de modo muy decidido en su soberanía sobre las Malvinas o Falklands y las Georgias y Sandwichs y eso indudablemente, es contrario a nosotros, porque sobre ello es que establecen su proyección a la Antártica, zona que, por lo demás es británica, porque si uno se pregunta de quién es la soberanía de las islas Malvinas o Falklands, es británica”, expresó.

Agregó que “nosotros no tenemos un plan como tiene Argentina hacia la zona austral. Tú ves que hay una población mínima, al sur de Punta Arenas los habitantes deben ser nueve mil con suerte. Yo viví en Puerto Williams en 1971, durante un año y en esa época, éramos 800 personas y Ushuaia eran dos mil. Hoy, en Williams serán dos mil habitantes y Ushuaia son más de 70 mil”.

-¿Y cómo se explica tanta diferencia?

“Eso es porque hay políticas de desarrollo y nosotros desafortunadamente no las hemos tenido. Chile no tiene una política decidida y apoyamos decididamente una soberanía argentina que no es de ellos”.

Pero hay un tema que le exaspera, especialmente. “Tanto que se habla del tema de los derechos humanos y ves todas las prohibiciones que hay, para quienes quieren ir a las Falklands o Malvinas”, comenta.

Otro tema preocupante, agrega, es que todavía hay sectores en Argentina que aspiran, incluso, a tener un cierto control sobre el Estrecho de Magallanes, como lo demostró un decreto del Ministerio de Defensa argentino que hablaba de una cogobernanza del Estrecho de Magallanes.

La Cancillería argentina dijo que era un error al publicar el decreto y de hecho, este párrafo fue modificado, pero el hecho en sí es preocupante, advierte Codina.

“Estos mensajes que aparecen desde el lado argentino, de una cogobernanza del Estrecho de Magallanes, no tienen nada que ver”.

Otro tema latente, afirma, son las pretensiones sobre la plataforma continental, al sur de Puerto Williams, conocida como la uñeta debajo del Punto F, demarcado por el Tratado de 1984.

“Argentina no debería meterse en esa zona, aunque sea una pequeña zona de 5 mil kilómetros cuadrados, pero no es soberanía argentina.

– En ese tema, al sur del punto F, las interpretaciones chilenas y argentinas de aquello son imposibles de compatibilizar…

“Es una fuente de conflicto en el futuro que en algún momento se saca a relucir”.

En este contexto, Codina agrega que el viaje del Presidente Fernández a la Antártica, “es una señal más, pero sería bueno que nos preocupáramos de nosotros el tener una política clara hacia allá, que también el Presidente Boric hiciera un viaje a la Antártica, no sería malo, que hiciera declaraciones, también sería bueno. Pero, en fin, para este año ya pasó el momento, habría que esperar hasta el otro año”.

– Argentina, a pesar de sus problemas económicos, tiene 12 bases en la Antártica. ¿Cómo está Chile?

“Creo que tenemos las bases suficientes. La Armada reabrió la Base Prat en abril de 2008, cuando era comandante de la Armada. Viajamos con la Presidenta (Michelle) Bachelet en abril, aprovechando una ventanita de buen tiempo”

Sin embargo, le preocupa la actitud del Gobierno. “Hay señales de repente que son malas, como el audio que se filtró de la entonces canciller Urrejola, es malo haberle prohibido a un buque inglés que pudiera repararse en Magallanes y eso finalmente no se autorizó, lo que nos pone en contra de un país con el cual siempre hemos tenido buenas relaciones como es Gran Bretaña, donde desde hace mucho tiempo, tenemos buques en la Armada que son ingleses”, dijo recordando que, hasta hoy, la Armada chilena se entrena usando modelos ingleses de entrenamiento, bajo estándares OTAN.

Codina también critica la falta de acción de anteriores gobiernos, particularmente durante el primer mandato de Piñera, cuando Argentina declaró su plataforma continental. “Afortunadamente, la Armada había presentado unas plataformas continentales en la península de Taitao y por ello pudimos seguir haciendo presentaciones en otros lugares. Ahí le reconozco al canciller Teodoro Ribera su labor”, durante el segundo mandato del Presidente Piñera.

El abogado Francisco Orrego también ha escrito mucho sobre el tema antártico.

Sostiene que “la señal que da la visita del Presidente de Argentina, visitando una zona que tiene un potencial enorme en lo económico y geopolítico, no puede dejar indiferente a Chile, ambos reclamamos zonas que se superponen y por lo tanto, todo lo que se haga o diga de aquí a la fecha en que vence el Tratado Antártico es muy importante y es tan importante las señales tácitas y las implícitas, lo que se dice como lo que se dice y lo que no se dice”.

– Alguien podría decir que este viaje fue para la interna argentina…

“Hay que tomar nota de lo que esas señales van indicando y lo que indica es que Argentina, a diferencia de Chile, tiene muy clara la importancia de la Antártica y ha venido actuando hace muchas décadas en consecuencia. El presidente y los medios argentinos enfatizaron mucho lo que el presidente Fernández afirmó y Chile tiene que reafirmar sus derechos, pues en este sentido, hay una política que se ha mantenido en Chile desde el presidente González Videla en adelante que nosotros estamos haciendo una serie de gestiones, donde el más importante es el Estatuto Antártico, en sus dos versiones”.

Sin embargo, Orrego advierte: “Sorprende que la Cancillería y el Presidente no salgan a reafirmar nuestra postura, y no digo desmentir o entrar en conflicto. Uno esperaría que para un presidente oriundo de Magallanes este tema debiera ser prioritario para él y da la impresión de que no lo es. Y la sensación de muchos magallánicos, es que esta defensa de los derechos de la soberanía chilena en la Antártica y el Mar Austral, no existe para el nivel central”, expresó.

– Voy a ser abogado del diablo. ¿Hasta qué punto vale la pena todo esto, si la moratoria del Tratado Antártico se podría mantener ad eternum?

“Pero mientras eso no ocurra, la Antártica es el continente del futuro por muchas cosas, tanto por sus reservas de agua, como sus recursos económicos. El punto es que Argentina quiere tener el liderazgo regional, para cuando la moratoria del Tratado Antártico se acabe y eso es lo que Chile no puede permitir, que quien lidere la representación de los países del Cono Sur que reclaman la Antártica, la tome Argentina”.

Agregó que se puede ser enérgico en la defensa de los intereses nacionales y al mismo tiempo no ser provocador. Aquí, hay un trasfondo ideológico, porque para una parte importante del país y del mundo, Chile tiene derechos soberanos en la Antártica, pero también hay una parte del país y del mundo, que ven a la Antártica como un lugar de preservación para la humanidad, a la cual debieran renunciar todos quienes tienen pretensiones territoriales. Nosotros que tenemos pretensiones territoriales de manera inequívoca, desde González Videla en adelante, esta ha sido una política de Estado. Lamentablemente, algunos sectores del país, de la izquierda progresista creen que es necesario considerar a la Antártica como un lugar patrimonio común de la humanidad y renunciar a lo que han sido nuestras pretensiones en los últimos 50 años.

– ¿Ve posible que esto desemboque en un conflicto armado?

“Soy enemigo de la guerra. Con Argentina tenemos un tratado de paz. Un tratado en sí no impide un conflicto bélico, sino que permite encausar en un mecanismo de arbitraje y conciliación, las diferencias entre los países, porque ambas naciones en 1984 renunciaron al uso de la fuerza como mecanismo de solución de controversias, pero uno no puede decir que una guerra no pueda ocurrir por los intereses geopolíticos que puedan tener otros países distintos de Chile y Argentina, que tengan intereses en la Antártica. Que la Antártica mañana se convierta en un lugar de disputa de los grandes intereses en el mundo, eso es algo que es muy difícil de anticipar, pero uno no puede asegurar a rajatabla que no se pueda dar, porque donde ha habido ese tipo de tensiones, muchas veces han ocurrido conflictos armados”.