PELIGROS NATURALES, RIESGOS Y VULNERABILIDAD

Todas las actividades humanas conllevan cierto riesgo para las personas o sus bienes, definiendo como riesgo para las personas la probabilidad de lesiones, enfermedades o muerte, y como riesgo a los bienes, la pérdida parcial o total de sus valores económicos. Riesgos naturales son aquellos que ocurren por las características propias del medio en que las personas habitan o desarrollan cierta actividad, no por condiciones creadas para esa habitación o trabajo. Riesgos naturales son, por ejemplo, los volcánicos, los sísmicos, los tsunamis, las avalanchas de nieve, las crecidas fluviales, la composición química de aguas, suelos o rocas, los movimientos gravitacionales, entre muchos otros.  

Muchos riesgos se conocen con un alto grado de certeza expresada en términos cuantitativos, otros no. En numerosos casos se ha establecido el riesgo solamente de manera cualitativa, como Alto, Medio, Bajo o Sin Riesgo. Esta última calificación (Sin Riesgo) sigue siendo un tema de discusión científica, puesto que el riesgo cero es algo imposible de medir debido a que es imposible demostrar una condición negativa. Lo que en realidad se quiere decir es que el riesgo es extremadamente bajo.

Debe diferenciarse claramente la expresión “riesgos naturales” de la otra: “peligros naturales”. Los peligros naturales son las condiciones naturales en las cuales ocurren lesiones, enfermedades o muertes de persona, o daños a bienes. Los riesgos naturales son las probabilidades de que los peligros naturales afecten a personas y bienes. Identificar condiciones peligrosas no es lo mismo que una evaluación de riesgos, pero y en todo caso, la identificación de tales condiciones peligrosas debe incluir una revisión crítica de todos los juegos de datos sobre lesiones, enfermedades, muertes y daños; una evaluación de la exposición de personas y bienes a esas condiciones peligrosas, y una descripción y evaluación económica de eventuales acciones de control y mitigación de la exposición al peligro.

La evaluación del riesgo puede ser expresada en términos cuantitativos o cualitativos, e implica combinar la información del análisis de condiciones peligrosas con la evaluación de la exposición y de las acciones de control y mitigación. Finalmente, la etapa final de la evaluación de riesgos es la comunicación al mandante de un cierto estudio. Para que éste decida respecto al control adecuado de las situaciones de riesgo se requiere entregar toda la información de manera precisa, avalada con datos y gráficos fáciles de comprender.

Los peligros naturales se relacionan con los tres ambientes en la superficie terrestre: el geológico, el hidrológico (e hidrogeológico) y el atmosférico. Una lista muy resumida de estos peligros es la siguiente: 

(i) asociados a sismos, como ser movimientos sísmicos, fallas geológicas, movimientos gravitacionales inducidos por sismos, tsunamis; 

(ii) asociados a aguas superficiales y subterráneas, como por ejemplo crecidas, inundaciones fluviales, inundaciones costeras, marejadas, anegamientos y fenómenos kársticos;

(iii) debidos a fallas del suelo, como toda la gama de deslizamientos, suelos expansivos, subsidencia, reptación;

(iv) debido a erupciones volcánicas, como flujos de lava, piroclásticos, lahares;

(v) asociados a hielos y nieves, como avalanchas, deslizamientos catastróficos de glaciares, avances glaciares, suelos helados; 

(vi) relacionados con fenómenos atmosféricos, como huracanes, tormentas eléctricas, nevadas y granizo, y tornados; y 

(vii) relacionados con la calidad química de suelos y aguas, como son las concentraciones altas de elementos dañinos para la salud o bienes.

Parece obvio que el poco interés que en general el personal ejecutivo muestra hacia el tema de los riegos naturales, se relaciona de alguna manera con el hecho de que quienes toman las decisiones para enfrentar condiciones de peligro y de evaluaciones de riesgo no siempre escuchan a los especialistas. A nuestro juicio esto se debe a que en pocas ocasiones se ha sabido mostrar con cifras lo que es obvio: el costo de evaluación de peligros y riesgos, y de muchas medidas de control y mitigación, es inferior al costo cierto de las pérdidas.

Dentro del proceso de evaluación de riesgos es importante identificar claramente a las personas, o cargos, responsables de la seguridad ante riesgos naturales. Como los estudios, controles y mitigaciones de riesgos exigen recursos económicos que siempre son insuficientes, es relativamente simple para los que toman decisiones en relación a áreas con riesgos naturales, hacer poco para evitar que las personas u obras se instalen en sectores con condiciones de riesgo (excepto los muy evidentes). Luego, cuando ocurre una catástrofe, se la atribuye a desconocimiento o a causas de “fuerza mayor”. Si bien esto parece inaceptable en pleno siglo XXI, con modelos matemáticos para virtualmente todo, suele ocurrir por una falta de decisión para analizar los riesgos y comunicar el conocimiento. Es parte de lo que llamamos desarrollo que las personas laboren y habiten en áreas riesgosas, pero en la medida que esto se produzca con conocimiento de los riesgos, ciertamente será posible reducir o evitar daños a las personas o pérdidas de bienes.

La decisión respecto a las acciones de protección de riesgos necesarias de tomar, pasa a menudo por la pregunta ¿cuánto cuesta?, para luego arribar a una segunda: ¿cuanto estamos dispuestos a pagar? La información que debe entregarse en una evaluación de riesgos naturales, que contribuya eficazmente a responder esas interrogantes y a obtener el máximo beneficio de las medidas de protección o control empleadas, son:

  1. a) dónde, por qué, cuándo y cómo ocurren condiciones peligrosas, con el detalle adecuado de causas físicas, situación actual, la probabilidad de recurrencias, etc.;

    b) a quiénes, o a qué cosas afectan las condiciones peligrosas, vale decir la probabilidad de ocurrencia de daño y la extensión del mismo, con un análisis de pérdidas históricas y de la situación actual y futura;

    c) alternativas de acciones para controlar y mitigar los peligros o los daños, o ambos, con medidas temporales o permanentes, tales como zonificación, protecciones, seguros, etc., y comparación de alternativas en base a eficiencia y estimación preliminar del costo de las soluciones;

    d) selección de alternativas y, eventualmente y según la profundidad del informe, diseños de las soluciones de control y mitigación con sus costos.

Una de las especializaciones de GEOESTUDIOS es la realización de estudios de peligros naturales, entre los cuales se destacan los siguientes:

  • Riesgos de Avalanchas de Nievey diseño de protecciones en Adit 71 y Adit La Junta y en camino desde Caletones a Pueblo Hundido. Revisión del diseño de protecciones para riesgos geológicos y de avalanchas en el actual camino de acceso a Adit La Junta y Sewell, e Inspección de construcción de protecciones de defensas contra avalanchas. Todos ellos realizados para Codelco Chile, División El Teniente.
  • Identificación y Cuantificación de Condiciones de Riesgo Geológico que pudieren afectar la estabilidad del embalse Leones, debido a deslizamientos, movimientos de remoción en masa, y avalanchas. Estudio realizado para CODELCO, División Andina y R.E.G. Estudios.
  • Estudio de Contaminación de agua potable para el poblado de Diego de Almagro, III Región, que consistió en el análisis de la situación de contaminación en el sondaje de Quebrada El Asiento, Diego de Almagro. EMSSAT.
  • Estudios de Peligros Naturales en el proyecto de Rajo Codelco-Chile, División El Teniente. Se prestó asesoría para el programa de Estudios de Peligros Naturales en el proyecto de Rajo de la División El Teniente de Codelco-Chile. Identificación de riesgos naturales, proposición de estudios específicos y metodologías a utilizar.