El “tercer polo” perderá el 40% del agua de deshielo

Fuente: elagoradiario.com

Himalaya, Karakoram, Hindu Kush… Los nombres de las altas cordilleras de Asia evocan una aventura para quienes viven lejos, pero para más de mil millones de personas estos son los nombres de su fuente de agua más confiable.

La nieve y los glaciares en estas montañas contienen el mayor volumen de agua dulce fuera de las capas de hielo polar de la Tierra, lo que lleva a los hidrólogos a apodar a esta región como el ‘tercer polo’. Una séptima parte de la población mundial depende de los ríos que fluyen de estas montañas para obtener agua para beber y para regar los cultivos.

Sin embargo, a medida que el cambio climático acelera el deshielo en la región, las reservas de nieve y hielo de la zona se están agotando, lo que genera preocupaciones sobre la inseguridad hídrica en la región.

Un nuevo estudio publicado Nature Climate Change revela que desde 1979 el suministro de agua de deshielo a los ríos en las altas montañas de Asia se redujo en un promedio del 16%. Agrega que, incluso si el calentamiento se limita a 1,5°C, las pérdidas serán superiores al 23% a finales de siglo. Mientras tanto, un escenario de calentamiento futuro extremadamente alto provocaría una caída del 40% en el suministro de agua de deshielo.

El tercer polo

El hogar de los 14 picos más altos de la Tierra abarca 10 países y es conocido como “la gran montaña de Asia”. De ella parten 14 ríos principales y sus cuencas, como el Ganges, el río Amarillo y el Yangtze.

Cada año, la nieve se acumula en las cadenas montañosas de la región durante los meses de invierno y luego se derrite a medida que aumenta la temperatura durante el verano. El agua de deshielo de las capas de nieve desemboca en grandes ríos, que proporcionan agua para beber, lavar, agricultura y energía a 1.500 millones de personas que viven río abajo.

Hay tres fuentes de agua clave (agua de deshielo de nieve, agua de deshielo de glaciares y lluvia) que mantienen fluyendo los ríos de la región. Los tres son importantes porque “el derretimiento de las capas de nieve y los glaciares garantiza un suministro constante de agua durante los períodos secos, cuando las precipitaciones son escasas”, explica el doctor Hester Beimans, científico de la Universidad de Wageningen.

Sin embargo, habiéndose calentado 1.8°C durante el último medio siglo , el tercer polo de la Tierra también se encuentra entre las regiones más sensibles de la Tierra al cambio climático. Este calentamiento es significativamente más alto que las tasas del hemisferio norte y la media mundial, que está en 1,2ºC. Las temperaturas anuales y estacionales aumentaron más en las zonas de mayor elevación a lo largo del Tercer Polo, siendo especialmente pronunciadas durante las temporadas de invierno y otoño en áreas por debajo de la marca de 5.000 metros sobre el nivel del mar.

Las temperaturas más cálidas están provocando que las temporadas de deshielo de la nieve cambien, dejando a las comunidades más vulnerables a merced de la lluvia. “Es muy importante comprender cómo afectará el cambio climático al patrón de suministro de agua en Asia. Mucha gente río abajo depende de esa agua y también ha ajustado su patrón de demanda a este patrón temporal de disponibilidad de agua. Los agricultores pueden necesitar encontrar otras fuentes de agua, como agua subterránea, para regar sus cultivos o cambiar su patrón de demanda”, explica Beimans.

El autor principal del estudio y profesor asistente de la Universidad de Utrecht , el doctor Philip Kraaijenbrink, señala que el descenso en la disponibilidad de agua se produce en un contexto de planificación de una fuerte expansión económica y poblacional que hará que aumente la demanda de agua a lo largo del siglo, agravando la vulnerabilidad de la región.

Paralelamente, los cambios rápidos de los glaciares en el Tercer Polo pueden provocar desastres relacionados con peligros naturales como el colapso de los glaciares que podrían provocar desde avenidas súbitas de escombros glaciares sobre poblaciones a tsunamis interiores e inundaciones repentinas.