Entre los beneficios que generan los glaciares el más notable es sin duda el aporte hídrico a sus cuencas, poco relevante en años de precipitaciones normales, pero muy importantes en años secos; sin embargo, este aporte ocurre a expensa de la masa de los glaciares, vale decir, se van agotando.
Frente a este panorama Cedomir Marangunic refiere que una clara acción para lograr que los glaciares pierdan menos hielo cada año, sería optimizar algunas de las tecnologías existentes para que los glaciares así tratados alcancen el equilibrio; es decir, que no pierdan ni ganen masa en términos anuales. Con esto dejarán de aportar agua a sus cuencas, pero mejorarán su capacidad de regularla, haciendo más persistentes los caudales y obviamente sus atributos paisajísticos.