Fuente: impulsonegocios.com
Los glaciares de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins, en la zona central de Chile, están cada vez más vulnerables a procesos de pérdida de masa, producto del oscurecimiento del hielo y su efecto en la absorción de radiación solar, conocido como efecto de albedo.
Un estudio de los departamentos de Geología e Ingeniería Civil de la Universidad de Chile junto al Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) mostró que los glaciares de la zona central están absorbiendo más energía solar que antes, lo que junto a otras causas los pone en riesgo permanente de disminuir su masa.
Una de las investigadoras principales, la geóloga Génesis Ulloa, explicó que lo primero es que “se pudo estimar albedo glacial a partir de imágenes satelitales, cuando normalmente se va a terreno con equipos gigantes y carísimos obteniendo solamente resultados puntuales, pero eso no entrega información de cómo se comportan varios glaciares”.
Detalló que el objetivo era saber cómo se comportan a nivel regional en los últimos 30 años. “Al considerar tres décadas del comportamiento de los glaciares y el clima, estos resultados se contrastaron con períodos críticos, como lo es la mega sequía y el año 2020 que muestra los resultados más desalentadores. Ese fue el último año de estudio, con tendencia de disminución del albedo de -0,14, lo que se correlaciona con 90% de disminución de las precipitaciones anuales en la Zona Central del país. Es el año con el albedo menor comparado con la década anterior”.
Rodrigo Fernández, profesor del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, relevó que “Los glaciares de la zona central del país son importantes para el suministro de agua porque alimentan acuíferos y ríos en las estaciones secas. Compensan la variación anual de las precipitaciones y permiten que tengamos agua para consumo, cultivos u otros usos, durante todo el año. Además, los glaciares son el principal reservorio de agua fresca durante periodos de sequía como la que hemos tenido los últimos años”.
“Muy poca gente sabe que hay glaciares en la región Metropolitana. Estudiamos los más cercanos a Santiago porque más al sur, hay volcanes que podrían alterar los parámetros del componente hidrotermal. Nos enfocamos en el albedo porque los glaciares estaban reduciendo su volumen, su masa y el albedo es el parámetro más importante del balance de energía, es decir, cuando se calcula la energía disponible para que se pueda ganar o perder masa o volumen”, detalló el académico.
LA IMPORTANCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Eligieron esta variable relacionándola con el cambio climático, “específicamente con el cambio de temperaturas y precipitaciones en los últimos 30 años en la zona central, porque en la zona donde los glaciares han presentado una mayor variabilidad en su retroceso por la mega sequía”, amplió “El albedo me va a decir cuánto de esa energía solar que venía del exterior se reflejó y cuánta se absorbió en el glaciar. Si es gran cantidad que se absorbe, habrá más energía disponible para que el glaciar se derrita y siga retrocediendo”, explicó Ulloa.
Esta investigación colaborativa de los departamentos de Geología e Ingeniería Civil de la Universidad de Chile junto al Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y la universidad alemana Friedrich-Alexander-Universitat Erlangen-Nurnberg usó el albedo como medida que va entre cero y uno, donde los valores cercanos a ceros significan mayor absorción de energía y albedos cercanos a uno, implican energía reflejada. Si se tienen resultados promedios bajos esto indicaría que existe mayor cantidad de hielo que de nieve en el glaciar.
“La tendencia es -0,03 para los años 1986 a 2020, eso quiere decir que este parámetro que es pequeño, cada vez se hace más pequeño, por lo que hay menos cantidad de nieve y mayor de hielo en los glaciares”, detalló.
“Después de ver los resultados le cambiamos el título a la investigación, porque inicialmente sólo era una relación entre cambio climático y albedo, pero incorporamos los efectos de la mega sequía en Los Andes extratropicales, entonces efectivamente logramos ver una correlación entre las precipitaciones y el albedo”, analizó.
El promedio de albedo en el período de mega sequía es de 0,25 a 0,5 y disminuye -0,05 promedio en comparación a 1986- 2009, donde la mayor reducción ocurre entre 3.500 a 5.000 metros sobre el nivel del mar, donde se esperaría tener valores más altos o cercanos a cero asociados a la nieve”, comentó Ulloa.
Fernández observó que estudios recientes de glaciares de la zona central muestran una reducción a una tasa mayor que en zonas desérticas del norte y del centro-sur (Maule-Los Lagos), pero aun a tasas menores que el decrecimiento observado en la Patagonia.
El vicedecano de la FCFM e investigador de este estudio, James McPhee, concluyó que es muy pronto para saber cómo van a variar exactamente las masas de estos glaciares. Pero estudios estiman que “los glaciares van a lograr un nuevo equilibrio con el clima, en la medida que el clima del planeta se estabilice”.
“Ese balance, en la mayoría de los casos, significa glaciares más pequeños, ubicados en mayor altura y con un aumento de proporción de glaciares cubiertos por detritos o rocosos. Los resultados del análisis muestran también que la variabilidad de la precipitación juega un rol importante en determinar la velocidad de retroceso y dinámica general de los glaciares de la zona central, por lo que caracterizar adecuadamente la precipitación es tan importante como definir tendencias de calentamiento confiables”, completó McPhee.