Durante el verano, los científicos pudieron ver por sí mismos el avance del retroceso de la banquisa en esta región, considerada por los científicos como “el epicentro del calentamiento global”, según el jefe de la misión, Markus Rex.
Hielo lleno de agujeros por el calentamiento global
“Vimos grandes superficies de agua líquida casi hasta el polo, rodeadas de hielo que estaba plagado de agujeros debido al derretimiento masivo”, dice este climatólogo y físico. “La banquisa del Ártico se está derritiendo a un ritmo alarmante”, asegura.
Un diagnóstico confirmado por las observaciones de los satélites en Estados Unidos, que revelaron que la banquisa de verano se había derretido hasta representar una superficie que es la segunda más pequeña registrada históricamente, después de la de 2012.
Durante 389 días, la misión, llamada MOSAIC, estudió la atmósfera, el océano, la banquisa y el ecosistema para recoger datos que evaluarán el impacto del cambio climático en la región y en el mundo.
Se espera que el análisis completo de los datos lleve uno o dos años. El objetivo es desarrollar modelos de predicción climática para determinar cómo serán las olas de calor, las lluvias intensas o las tormentas dentro de 20, 50 o 100 años.
“Para construir modelos climáticos, necesitamos observaciones in situ”, explica AFP Radiance Calmer, una investigadora de ciencias atmosféricas de la universidad estadounidense de Colorado que estuvo en el “Polarstern” de junio a septiembre.